No veo al Capitalismo desapareciendo de la noche a la mañana como el Comunismo –es demasiado orgánico, demasiado conectado con “lo que realmente está pasando”. El Marxismo cayó porque entró en un estado de abstracción y denegación -fracasó al abrazar el espectáculo como el verdadero sitial del poder-, pero el capital no cometió este error. El capital se desintegrará o desvanecerá, mejor dicho, experimentará una súbita implosión. Los signos de la desintegración se harán más y más obvios para la experiencia y la teoría, pero no borrará el simulacro de la totalidad con ningún colapso “revolucionario”. El cristal comienza a desempañarse. De repente, un concepto: Triage social. De inmediato un corolario: la No Go Zone
El estado, siendo el último locus del mundo de la simulación, se verá forzado a practicar el triage social, dejando de ejercer control real sobre las zonas que caerán por debajo del nivel adecuado de participación en el discurso vacío. Zonas: clases, razas, grupos marginados, y hasta cierto punto, áreas geográficas concretas. Triage: paulatino e imperceptible desentenderse de los “servicios”, fundamental para la aparición de las NGZ’s donde el “control” se reduce a puro simulacro mediado (la tele como imán social). Zonas que han sido económicamente abandonadas (los sin casa, campesinos, trabajadores inmigrantes, los “beneficiados” socialmente) serán gradualmente eliminados de todas las otras redes de control del espectáculo estatal, incluyendo la interface final, la Policía. Por supuesto que oficialmente esta política no existirá y el estado/espectáculo continuará reclamando la jurisdicción y la propiedad de estas zonas –la autonomía política no será permitida, y el terrorismo ocasional será difundido para proporcionar un barniz de control/simulación. Pero ante la cruda realidad económica estas zonas tendrán que ser sacrificadas, como pasajeros arrojados de la troika de la historia a los lobos de la memoria.
De algún modo este proceso ya ha comenzado, los estudios demográficos vaticinan el futuro: -¿adónde están viviendo las clases? ¿Para dónde van?- Mike Davis ha analizado este movimiento en el microcosmo de Los Ángeles, donde un complejo patrón de triage y terror ya ha emergido, probando la condición de profeta visionario, de quien lee las huellas geománticas en los huesos de los edificios y en las entrañas del espacio urbano más que en los rasgos de animales o paisajes (de algún modo la cultura posee un inconciente que vomita signos mágicos y símbolos (no el humo de ofrendas al fuego, sino el de patrullas policiales ardiendo.) Creo que este proceso se acelerará hasta el punto en que se hará más obvio, en 5 a 10 años, esas porciones de “América” no estarán por mucho más tiempo en el mapa. Ellas no se “desarrollarán”, tampoco “consumirán”, y no serán más servidas por ningún decadente burócrata del espectáculo –servicio de impuestos internos, servicio de salud, policial/ militar, seguridad social, comunicacional y educacional. Estas áreas (económica-social-geográfica) cesarán de existir para cualquier propósito práctico del control. Las clases consumidoras abandonarán estas áreas y se mudarán “donde sea”, puede que social o geográficamente o ambos simultáneamente.
Habiendo sido seducidos por la mercancía, seremos abandonados por ella – o más que eso, “ellos” serán abandonados, en primer lugar los otros alienados que nunca han sido parte de ella. Interesantemente, sin embargo, estos “ellos” gradualmente serán más y más individuos y grupos que ahora piensan en ellos mismos como “nosotros” – los herederos del soleado y fantástico mundo burgués racional que el espectáculo continúa simulando y conservando –los que tienen “derecho”, los que están “seguros” y destinados a “sobrevivir”. La triage será practicada en estas zonas también. La grieta en el monolito se ensanchará, y muchos de “nosotros” perderemos el helicóptero de escape. Yo me podría mudar a Boulder o a Portland ahora, aferrarme a mis ingresos, sobrevivir como un licenciado payaso en el margen del espectáculo –y créanme que la tentación es suficientemente real. Esas NGZ’s no van ha ser muy confortables –no van a ser utopías- podrían incluso acabar gravemente como los estados de la Europa del este en el despertar de 1989. ¿Quién se ofrece de voluntario para vivir en Bosnia (o el sur de L.A.) sólo porque el desorden y la violencia pueden generar “libertades salvajes”, así como también pánico total y horror genuino? Como en el espectacul-simul-capitalismo por sí mismo, y el paso (¿quizá el final?) que viene consistirá en el Imperio de pura Velocidad –lo instantáneo de la tecnología comunicacional elevado al status de ser trascendente- (omnisciente, omnipresente, omnipotente): -una clase de Tec-gnosis en la cual el cuerpo (la tierra, la producción) “trascenderá” bajo el signo de un espíritu puro (la información). Esto revelará la patraña incurable de lo trascendente o totalitario de la mercancía: el desdoblamiento final del deseo, la absoluta fluctuación del significado –el lenguaje como prisión gnóstica, y la muerte como la última ganga turística. Las “líneas” de esta estructura ya han sido tendidas, y un mapa de estas líneas se transforma a sí mismo en un mapa del futuro, o por lo menos de la “historia” futura. Si estudiamos este mapa embriogénico u ontogénico, podremos ver claramente que el “sur” ha sido borrado del diseño, por un acto de cartomancia imperialista que niega el significado a las mismas áreas que han tenido negado el “acceso” a los enlaces comunitarios. El sur no entrará al paraíso de la información -la información es hielo glacial cristalino, mientras el sur es el reino del fuego y la bulla.
Y efectivamente el “Sur” es (o será) el cuerpo, el dominio de todo lo que no es pureza espiritual e información, todo lo pesado y mortal, -la esfera de la agricultura y la industria– los últimos oscuros vestigios del neolítico –de la producción (ese crudo obstáculo demiúrgico para la libre mutagénesis de los significados y el libre intercambio de emblemas e imágenes –de pura información). El sur “nos” proveerá de microchips y soylent green, así todos podremos estancarnos en la realidad virtual y descargar nuestras conciencias (¡que alivio!) en el software. Puede que la economía de la información ya haya empezado a cortar sus lazos con la economía material –no está para nada claro que ciertos tipos de “moneda” conserven alguna clase de relación – incluso una relación simbólica- con la actual riqueza social. Este es dinero “virtual”. En el contexto del especta-simulo-capital este dinero es hiperreal, y al parecer más poderoso que el dinero meramente real y aún atado al “principio material corpóreo”. En este escenario podremos finalmente “dejar a nuestros sirvientes vivir por nosotros” (Maldoror) mientras seguimos y nos sublevamos por algo mejor. La máquina no es nuestro sirviente (como algunos viejos escritores de ciencia ficción creyeron) sino nuestro parásito.
Entonces parte del norte desaparece en el Ciberespacio, dejando la otra parte desierta y privada de, NGZ’s, quiebre en el monolito. ¿Qué podría ser más natural que esto: –que el sur interpenetrase al norte como el moho a un trozo de pan? Los huecos y las grietas en el norte se harán más sureñas, más africanas, más latinas, más asiáticas, más islámicas. (P.K. Dick, un verdadero visionario gnóstico parece particularmente profético en este punto.)
Ahora la pregunta crucial: ¿Es posible imaginarse a las NGZ’s desempeñando una función liberadora? (¿De cualquier manera que no sea la reversión a la guerra primitiva, interesante quizá para algunos vikingos Nietzscheanos?) – esto es, ¿puede la NGZ jugar un rol necesario en la emergencia de la TAZ o incluso en la PAZ? ¿Representa la NGZ –de alguna extraña y paradojal manera– el renacer de la posibilidad de lo social?
Olvidemos la autonomía política –ni República del Bronx sur o estado libre del oeste de Wisconsin—ni enclaves libertarios o zonas anarquistas liberadas, ni ecotopía, ni Nueva África, etc, etc. El espectáculo (incluso en su último jadeo) destruirá implacablemente a cualquiera que amenace el monopolio de la autoridad espectacular. La TAZ, la clandestina tempo/espacial sociedad del festival, provee un modelo mucho más realista para la NGZ que el modelo de micronacionalismo. Lo importante es no levantar escudos ni alzar banderas –la imagen de la libertad (la libertad como mercancía) — pero la realidad de la libertad al nivel de cada día de vida. Podemos prescindir del emblematismo del poder por la posibilidad del poder en nuestros destinos (¡o por lo menos un fracaso no mediado!).
La sine qua non de la NGZ como un posible locus para la liberación consiste en la implementación de una economía adecuada para esta función; y la implementación de tal economía depende (por lo menos en parte) de una idea de lo social. Hasta el momento ninguna de estas etapas ha emergido, sino más que un crudo perfil preliminar – entonces aquí cambiamos el tono de este texto desde la predicción a la prescripción. Tratemos de imaginar qué podríamos hacer –ahora mismo- para tornar las NGZ’s en Zonas autónomas, y hurtar nuestra libertad incluso en el “infierno”, incluso del “Señor de las moscas”.
¿Es posible imaginarse una economía para las NGZ’s que se relacionase de algún modo (de incontables y complejas maneras) con la economía del Sur –la cual está ya empezando a aparecer en áreas marginales del Norte donde el control tambalea? No estoy totalmente seguro de lo que esto significará, pero me figuro un avanzado y “sin límites” estado de bricolage, no sólo de cosas, sino del sistema entero y sus fragmentos. Me imagino un sistema de comunicaciones alternativo, autogestionado y no jerárquico –lo que llamo una telaraña más que una red—la cual debe hacer uso de algunas ideas “cyberpunks”, pero sólo las pobres y toscas (y en serio, a la mierda con el “cyber espacio”, -¡Prefiero vivir en New Jersey!-. No sólo veo “trabajo negro” (un sutil arte en Italia) También “servicio negro”, “producción negra”, e “intercambio negro” usada en tecnologías “alternativas” (no sólo en el PC). Sospecho que tendremos una tecnología más humana que “verde”, más interesada en la agricultura o permacultura y en tecnología rústica ad-hocism que en los terrenos salvajes y en la ecología profunda. El aspecto verde de nuestra tecnología surgirá sin ninguna predilección sentimental, pero desde una ineludible lógica económica, la lógica “enferma” del bricolage y de la “pobre” lógica del reciclaje. Estas ideas no son específicamente utópicas en el máximo sentido del término, pero podemos aceptarlas como adecuadas al concepto de “utopian minimum” (Fourier) –y por esta razón, estas formas de tecnología implicarán por lo menos algunas satisfacciones –que no es para nada el caso de la economía mercantil (basada como es en el excedente de la imagen como máscara de la escasez de los bienes). Se ve que la economía no adherirá exclusivamente a ningún modelo corriente, tampoco al empresarial humanismo de los Liberales ni a la “Asociacional” estratagema del Socialismo, pero tramará una mezcolanza de trabajos cualquiera dentro de un muy ancho marco de anti-autoritarismo orgánico. La NGZ debe ser autogestionada en formas no jerárquicas, si no, caerá presa del fascismo-criminal o la pura entropía; al parecer no hay otras muy probables posibilidades, o por lo menos ¡muy apetecibles! Estamos mirando hacia el vacío del control –si no llenamos la NGZ con Caos positivo, se llenará con Caos negativo. Esta línea de pensamiento predice que la NGZ desarrollará por lo menos una forma “política”-la “milicia del pueblo”- la cual fácilmente puede también equivocarse (o devenir) comité de vigilancia. Sólo una economía que resista la jerarquización, no fuera de la convicción ideológica pero más bien fuera de la pura “voluntad de poder”, puede garantizar que la milicia popular no se convierta en la pandilla de la elite secreta. Una tarea vital en el presente: -imaginar y empezar a instalar las condiciones para semejante economía ya, en las áreas pre-NGZ donde ofrezca una función real.- ej. Proveyendo buenas cosas (como el preámbulo de la IWW las llama); y preparando la semilla de las nuevas relaciones incluyendo las (podridas) valvas de lo viejo, parafraseando el manifiesto Wobbly. En todo caso, el “sindicalismo” tiene futuro solamente en las NGZ’s, donde la producción sea realmente capitalizada directamente mediante el laburo y la acumulación simple, en parte, entre las ruinas de la temprana era industrial –Bayonne, New jersey, Detroit, Michigan, etc. –en donde primero florecerá toda la horrorosa fealdad de la NGZ. La misma verdad mantenida para todas las formas de radicalismo agrario. –eso es, futuro sólo en las NGZ’s rurales; -todo esto, como sea, no como un museo de lo social, pero como viviendo mutando (a la deriva) la práctica situacional o el bricolage nómada de los modelos sociales –experimentos de vida real basados en necesidades extremas y la obsesiva pasión por la libertad. Nadie arriesgará la vida de buena gana por mera ideología en la NGZ –pero la utilidad de ciertos modelos de utopía pueden ser probados.
No obstante, al hablar de tales modelos salta a la vista la pregunta por la idea de lo social, la cual es (de acuerdo con una muy perdida categorización) política o “religiosa”. Asumiremos que la NGZ ha abandonado –o ha sido abandonada por- lo político. ¿Puede ser que la idea apropiada de lo social para la NGZ sea de naturaleza religiosa? Lo menciono por dos razones: (1) la religión no ha desaparecido como lo predijeron los racionalistas y, (2) la religión ha probado ser una fuente poderosa de cohesión social, por ejemplo, en la historia de comunidades intencionales –más poderosa que la ideología política o que los planes utópicos. Hipotetizo la posibilidad y la realidad de un no-autoritarismo, autonomía, autogestión, y los aspectos no jerárquicos de la enorme complejidad que engloba la palabra religión –chamanismo, por ejemplo, a los múltiples e infinitos patrones en expansión del “paganismo”, en el cual ninguna cultura puede adjudicarse el monopolio de la interpretación, o incluso su hegemonía. No estoy diciendo que la NGZ debe ser “religiosa”, estoy diciendo que será “religiosa” y que es “religiosa” –y si creemos en el deseo de un potencial liberador de la NGZ, deberíamos empezar ahora a encontrar un lenguaje “religioso” que reflejara y ayudara a dar forma y a darse cuenta de ese potencial –si no, nos encontraremos con un “fascismo religioso” (fundamentalistas Xtianos tratando de dominar las NGZ’s) o con la espiritualidad de la entropía. Una buena razón, por ejemplo, para saquear en la historia del protestantismo los modelos radicales (Ranters, Cavadores, Antinomianos, etc.) sería para resucitarlos –y no simplemente para camuflarse. La tierra y las formas corporales de la espiritualidad (chamánicas, neo/paganas, AfroAmericanas, etc) –inmanentes más que trascendentes -enfatizando un existencialismo del trabajo no una Fe, por lo tanto éticalismo no moralismo
–tolerancia radical para todos los cultos (en el modelo “pagano”) –desconfianza en los modelos dualistas pero también en los mono-totalitarios, místicos pero no ascéticos, carnavalesco no expiatorio. Estos serían algunos de los modelos propuestos por nuestra forma de espiritualidad. Sin embargo, ni uno de lo medios establecidos de propagar una religión serán apropiados aquí. Tal como necesitamos ahora re-imaginar la “Economía del Regalo”, y también necesitamos re-inventar (e incluso fabricar) una “Espiritualidad de la libertad” relevante a nuestro futuro como habitantes de la NGZ –una espiritualidad “del día a día” en todo su sentido.
Pienso en ciertos viejos géneros de pinturas europeas que siempre me fascinaron cuando niño, que representaban campesinos o gitanos viviendo en las ruinas de algún desvanecido imperio, usualmente romano. Las imagines apelaban a un Bachelariano sentido de ensoñación y magia sobre ciertos tipos de “hogares”, ciertas clases de “espacios”. Me gusta la sensación de abandono implícita en la paradoja de las ruinas abandonadas alumbradas por bohemios abandonados, vidas lentas, violinistas Breughelianos y bailarines –el contraste de los pesados restos del desaparecido triunfalismo con la luminosidad y brillo de los nómadas. Más vale romantizar muy bien la NGZ como un posible utópico topos o sitio –pero otra vez, podría estar inclinado a defender el ocasional uso del romanticismo: -esos golpes desesperados. La NGZ está en marcha, nos atemorice o nos romantice.
* Traducción de J.J.A.
* Estraido de: http://www.traidores.org/caos
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